Más de mil personas dispuestas a dejarse arrestar para impedir prácticas militares, muchas de ellas convirtiéndose en escudo humano y caminando entre bombas y tóxicos para impedirlo, fue, sin duda,
una crisis para Washington. “En Vieques, se le causó una crisis política a Estados Unidos, que fue paulatinamente involucrando al pueblo entero. Y entonces, ante la presión, en el propio Estados Unidos, internacionalmente, Estados Unidos se tuvo que sentar a ver cómo bregar con el problema”.
Berríos Martínez ve en Vieques el disparo de la concatenación de eventos que terminó, década y media después, con el reconocimiento, por parte de Estados Unidos, de que Puerto Rico nunca dejó de ser
una colonia. Recuerda que, el 28 de junio de 2000, se reunió en Casa Blanca con el entonces presidente, Bill Clinton, junto al entonces gobernador, Pedro Rosselló, Carlos Romero Barceló y los entonces líderes de los partidos Popular Democrático (PPD), Sila Calderón, y Nuevo Progresista (PNP), Carlos Pesquera.
Desde Vieques, había escrito a Clinton denunciando la situación de la isla, en una carta de tres páginas que después se filtró al periódico Baltimore Sun con una anotación del presidente diciendo
“he’s right” (tiene razón). Berríos Martínez recuerda que Clinton, dirigiéndose a él por su primer nombre, le dio la palabra para empezar la reunión. Le dijo “ustedes se tienen que ir de Vieques, el pueblo puertorriqueño está en contra de eso totalmente”, pero que el problema de fondo es el coloniaje y que debía nombrar
un comité que lo estudiara.
En diciembre ese año, Clinton designó el Grupo de Trabajo sobre Puerto Rico de la Casa Blanca. “Ese comité dio tres informes bajo distintos presidentes. Y lo primero que determinaron, que Estados
Unidos no había aceptado nunca, es que Puerto Rico es un territorio de los Estados Unidos”, dijo el líder pipiolo, quien considera que ese reconocimiento fue “un gran paso de avance” del que partieron los eventos que llevaron, años después, a las tres ramas del gobierno estadounidense a reconocer el carácter colonial del Estado Libre Asociado y a la exclusión de la alternativa territorial de los últimos dos proyectos de consulta de status.
“Sin ese paso de
avance, que en gran medida es a consecuencia de Vieques, no hay futuro para la descolonización de Puerto Rico”, dijo Berríos Martínez, quien también dice que no tiene “ninguna duda” de que el cierre de la base naval Roosevelt Roads en Ceiba, que era la más grande fuera de territorio continental estadounidense, a consecuencia de la clausura del polígono de tiro de Vieques, “fue una estocada al interés de Estados Unidos de permanecer en Puerto Rico”.
La descolonización de
Puerto Rico, agregó Berríos Martínez, volverá a avanzar cuando se le cree “la próxima crisis” a Estados Unidos, lo cual cree que puede ocurrir si, en las elecciones del 2024, se elige a Juan Dalmau a la gobernación, lo cual cree que puede ocurrir si se concreta la alianza con el Movimiento Victoria Ciudadana.
“Mientras el Ejecutivo, en Puerto Rico, esté en manos
del PNP o el PPD, no va a pasar absolutamente nada, como no ha pasado, porque ellos ya se conformaron con la colonia”, afirmó.